Cuando hablamos de la polución o contaminación siempre nos suelen acompañar imágenes sobre los efectos de los carburantes de vehículos, emisiones de las industrias o contaminación de los mares y océanos…pero se nos olvida el impacto que tiene nuestra propia huella digital sobre el planeta.
El impacto que suponen los smartphones o teléfonos inteligentes, el movimiento de esos grandes datos o gestión del Big Data e incluso el consumo de vídeos o contenido en streaming supone que byte a byte de datos y cada segundo de esos vídeos esté acompañado de un poco más de dióxido de carbono liberado en la atmósfera.
Interesante reflexión que nos aporta The Shift Proyect con este vídeo.
Recuerda: «Este vídeo es malo para el cambio climático: gracias por verlo».
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Pablo Gómez Rodríguez 